martes, 2 de noviembre de 2010

Poderoso caballero



Madre, yo al oro me humillo,
él es mi amante y mi amado,
pues de puro enamorado
de continuo anda amarillo;
que pues, doblón o sencillo,
hace todo cuanto quiero,
poderoso caballero
es do-don-do-do-dodon
din-dones Don Dinero.

Nace en las Indias honrado
donde el mundo le acompaña;
viene a morir en España
y es en Génova enterrado;
y pues quien le trae al lado
es hermoso aunque sea fiero,
poderoso caballero
es do-don-do-do-dodon
din-dones Don Dinero.

Es galán y es como un oro;
tiene quebrado el color,
persona de gran valor,
tan cristiano como moro;
pues que da y quita el decoro
y quebranta cualquier fuero,
poderoso caballero
es do-don-do-do-dodon
din-dones Don Dinero.

Son sus padres principales,
y es de noble descendiente,
porque en las venas de oriente
todas las sangres son reales;
y pues es quien hace iguales
al duque y al ganadero,
poderoso caballero
es do-don-do-do-dodon
din-dones Don Dinero.

Por importar en los tratos
y dar tan buenos consejos,
en las casas de los viejos
gatos le guardan de gatos;
y pues él rompe recatos
y ablanda al jüez más severo,
poderoso caballero
es do-don-do-do-dodon
din-dones Don Dinero.

Nunca vi damas ingratas
a su gusto y afición,
que a las caras de un doblón
hacen sus caras baratas;
y pues hace las bravatas
desde una bolsa de cuero,
poderoso caballero
es do-don-do-do-dodon
din-dones Don Dinero.

sábado, 30 de octubre de 2010

Adagio a mi país.


En mi país, que tristeza,

La pobreza y el rencor.

Dice mi padre que ya llegará

Desde el fondo del tiempo otro tiempo

Y me dice que el sol brillará

Sobre un pueblo que él sueña

Labrando su verde solar.

En mi país que tristeza,

La pobreza y el rencor.

Tú no pediste la guerra,

Madre tierra, yo lo sé.

Dice mi padre que un solo traidor

Puede con mil valientes;

Él siente que el pueblo, en su inmenso dolor,

Hoy se niega a beber en la fuente

Clara del honor.

Tú no pediste la guerra,

Madre tierra, yo lo sé.

En mi país somos duros:

El futuro lo dirá.

Canta mi pueblo una canción de paz.

Detrás de cada puerta

Está alerta mi pueblo;

Y ya nadie podrá

Silenciar su canción

Y mañana también cantará.

En mi país somos duros:

El futuro lo dirá.

En mi país, que tibieza,

Cuando empieza a amanecer.

Dice mi pueblo que puede leer

En su mano de obrero el destino

Y que no hay adivino ni rey

Que le pueda marcar el camino

Que va a recorrer.

En mi país, que tibieza,

Cuando empieza a amanecer.

Coro:

En mi país somos miles y miles

De lágrimas y de fusiles,

Un puño y un canto vibrante,

Una llama encendida,

un gigante

Que grita: ¡adelante... adelante!

domingo, 2 de mayo de 2010

Yo pisaré las calles nuevamente

A pesar de todo lo que uno tenga que objetar sobre las ideologías de izquierda, su atraso en estos tiempos modernos del fin de la historia, su costado naif, su cierta tendencia a la soberbia y a ponerse por encima y por delante de la voluntad de la gente, hay algo que no se le puede negar y es habernos legado cientos y cientos de obras de arte, tanto musicales como literarias, cosa que dudo mucho que el fascismo y el consenso de Washington hayan hecho. Por ejemplo:



Último discurso del Compañero Presidente:

Habla el Presidente de la República desde el Palacio de La Moneda. Informaciones confirmadas señalan que un sector de la marinería habría aislado Valparaíso y que la ciudad estaría ocupada, lo que significa un levantamiento contra el Gobierno, del Gobierno legítimamente constituido, del Gobierno que está amparado por la ley y la voluntad del ciudadano.


En estas circunstancias, llamo a todos los trabajadores. Que ocupen sus puestos de trabajo, que concurran a sus fábricas, que mantengan la calma y serenidad. Hasta este momento en Santiago no se ha producido ningún movimiento extraordinario de tropas y, según me ha informado el jefe de la Guarnición, Santiago estaría acuartelado y normal.


En todo caso yo estoy aquí, en el Palacio de Gobierno, y me quedaré aquí defendiendo al Gobierno que represento por voluntad del pueblo.Lo que deseo, esencialmente, es que los trabajadores estén atentos, vigilantes y que eviten provocaciones. Como primera etapa tenemos que ver la respuesta, que espero sea positiva , de los soldados de la Patria, que han jurado defender el régimen establecido que es la expresión de la voluntad ciudadana, y que cumplirán con la doctrina que prestigió a Chile y le prestigia el profesionalismo de las Fuerzas Armadas. En estas circunstancias, tengo la certeza de que los soldados sabrán cumplir con su obligación. De todas maneras, el pueblo y los trabajadores, fundamentalmente, deben estar movilizados activamente, pero en sus sitios de trabajo, escuchando el llamado que pueda hacerle y las instrucciones que les dé el compañero Presidente de la República.

Trabajadores de Chile:


Les habla el Presidente de la República. Las noticias que tenemos hasta estos instantes nos revelan la existencia de una insurrección de la Marina en la Provincia de Valparaíso. He ordenado que las tropas del Ejército se dirijan a Valparaíso para sofocar este intento golpista. Deben esperar la instrucciones que emanan de la Presidencia. Tengan la seguridad de que el Presidente permanecerá en el Palacio de La Moneda defendiendo el Gobierno de los Trabajadores. Tengan la certeza que haré respetar la voluntad del pueblo que me entregara el mando de la nación hasta el 4 de Noviembre de 1976.


Deben permanecer atentos en sus sitios de trabajo a la espera de mis informaciones. Las fuerzas leales respetando el juramento hecho a las autoridades, junto a los trabajadores organizados, aplastarán el golpe fascista que amenaza a la Patria.

Compañeros que me escuchan:


La situación es crítica, hacemos frente a un golpe de Estado en que participan la mayoría de las Fuerzas Armadas. En esta hora aciaga quiero recordarles algunas de mis palabras dichas el año 1971, se las digo con calma, con absoluta tranquilidad, yo no tengo pasta de apóstol ni de mesías. No tengo condiciones de mártir, soy un luchador social que cumple una tarea que el pueblo me ha dado. Pero que lo entiendan aquellos que quieren retrotraer la historia y desconocer la voluntad mayoritaria de Chile; sin tener carne de mártir, no daré un paso atrás. Que lo sepan, que lo oigan, que se lo graben profundamente: dejaré La Moneda cuando cumpla el mandato que el pueblo me diera, defenderé esta revolución chilena y defenderé el Gobierno porque es el mandato que el pueblo me ha entregado. No tengo otra alternativa. Sólo acribillándome a balazos podrán impedir la voluntad que es hacer cumplir el programa del pueblo. Si me asesinan, el pueblo seguirá su ruta, seguirá el camino con la diferencia quizás que las cosas serán mucho más duras, mucho más violentas, porque será una lección objetiva muy clara para las masas de que esta gente no se detiene ante nada.


Yo tenía contabilizada esta posibilidad, no la ofrezco ni la facilito.
El proceso social no va a desaparecer porque desaparece un dirigente. Podrá demorarse, podrá prolongarse, pero a la postre no podrá detenerse.


Compañeros, permanezcan atentos a las informaciones en sus sitios de trabajo, que el compañero Presidente no abandonará su a su pueblo ni su sitio de trabajo. Permaneceré aquí en La Moneda inclusive a costa de mi propia vida.


En estos momentos pasan los aviones. Es posible que nos acribillen. Pero que sepan que aquí estamos, por lo menos con nuestro ejemplo, que en este país hay hombres que saben cumplir con la obligación que tienen. Yo lo haré por mandato del pueblo y por mandato conciente de un Presidente que tiene la dignidad del cargo entregado por su pueblo en elecciones libres y democráticas.


En nombre de los más sagrados intereses del pueblo, en nombre de la Patria, los llamo a ustedes para decirles que tengan fe. La historia no se detiene ni con la represión ni con el crimen. Esta es una etapa que será superada. Este es un momento duro y difícil: es posible que nos aplasten. Pero el mañana será del pueblo, será de los trabajadores. La humanidad avanza para la conquista de una vida mejor.


Pagaré con mi vida la defensa de los principios que son caros a esta Patria. Caerá un baldón sobre aquellos que han vulnerado sus compromisos, faltando a su palabra... roto la doctrina de las Fuerzas Armadas.


El pueblo debe estar alerta y vigilante. No debe dejarse provocar, ni debe dejarse masacrar, pero también debe defender sus conquistas. Debe defender el derecho a construir con su esfuerzo una vida digna y mejor.

Seguramente, ésta será la última oportunidad en que pueda dirigirme a ustedes. La Fuerza Aérea ha bombardeado las antenas de Radio Magallanes. Mis palabras no tienen amargura sino decepción. Que sean ellas un castigo moral para quienes han traicionado su juramento: soldados de Chile, comandantes en jefe titulares, el almirante Merino, que se ha autodesignado comandante de la Armada, más el señor Mendoza, general rastrero que sólo ayer manifestara su fidelidad y lealtad al Gobierno, y que también se ha autodenominado Director General de carabineros. Ante estos hechos sólo me cabe decir a los trabajadores: ¡No voy a renunciar!
Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad al pueblo. Y les digo que tengo la certeza de que la semilla que hemos entregado a la conciencia digna de miles y miles de chilenos, no podrá ser segada definitivamente. Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos.


Trabajadores de mi Patria: quiero agradecerles la lealtad que siempre tuvieron, la confianza que depositaron en un hombre que sólo fue intérprete de grandes anhelos de justicia, que empeño su palabra en que respetaría la Constitución y la ley, y así lo hizo. En este momento definitivo, el último en que yo pueda dirigirme a ustedes, quiero que aprovechen la lección: el capital foráneo, el imperialismo, unidos a la reaccióncrearon el clima para que las Fuerzas Armadas rompieran su tradición, la que les enseñara el general Schneider y reafirmara el comandante Araya, victimas del mismo sector social que hoy estará esperando con mano ajena, reconquistar el poder para seguir defendiendo sus granjerías y sus privilegios.


Me dirijo a ustedes, sobre todo a la modesta mujer de nuestra tierra, a la campesina que creyó en nosotros, a la madre que supo de nuestra preocupación por los niños. Me dirijo a los profesionales de la Patria, a los profesionales patriotas que siguieron trabajando contra la sedición auspiciada por los colegios profesionales, colegios clasistas que defendieron también las ventajas de una sociedad capitalista.


Me dirijo a la juventud, a aquellos que cantaron y entregaron su alegría y su espíritu de lucha. Me dirijo al hombre de Chile, al obrero, al campesino, al intelectual, a aquellos que serán perseguidos, porque en nuestro país el fascismo ya estuvo hace muchas horas presente; en los atentados terroristas, volando los puentes, cortando las vías férreas, destruyendo lo oleoductos y los gaseoductos, frente al silencio de quienes tenían la obligación de proceder.
Estaban comprometidos. La historia los juzgará.


Seguramente Radio Magallanes será acallada y el metal tranquilo de mi voz ya no llegará a ustedes. No importa. La seguirán oyendo. Siempre estaré junto a ustedes. Por lo menos mi recuerdo será el de un hombre digno que fue leal con la Patria.
El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El pueblo no debe dejarse arrasar ni acribillar, pero tampoco puede humillarse.


Trabajadores de mi Patria, tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo en el que la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor.


¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores!


Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano, tengo la certeza de que, por lo menos, será una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición.

martes, 12 de enero de 2010

Cielo del '69.





Cielito cielo que sí
cielo del '69
con el arriba nervioso
y el abajo que se mueve.

Que vengan o que no vengan
al pueblo nadie lo asfixia
que acabe la caridad
y que empiece la justicia.

Que la luna llena brille
que acabe la cuenta llena
que empiece el cuarto menguante
y que mengüe por las buenas

o por las malas si no
o por las peores también
que el mango vayan soltando
¡ya no existe la sartén!

Cielito cielo que sí
cielo del sesenta y nueve
con el arriba nervioso
y el abajo que se mueve.

Que vengan o que no vengan
igual sabran la noticia:
Se acabó la caridad
y va a empezar la justicia!!

Cielito cielo que no
cielito qué le parece
borrar y empezar de nuevo
y empezar, pese a quién pese!

Mejor se ponen sombrero
que el aire viene de gloria
si no los despeina el viento
los va a despeinar la historia!

Cielito cielo que sí
cielo del sesenta y nueve
con el arriba nervioso
y el abajo que se mueve.

Cielito cielo que sí
cielo lindo , linda nube
con el arriba que baja
y el abajo que se sube.




Los Olimareños.

jueves, 17 de diciembre de 2009

Para cantar y emocionarse siguiendo la letra.

Ana Belen & Jairo - Qu� Ser�
Found at abmp3 search engine


Oh qué será, qué será
que anda suspirando por las alcobas
que anda susurrando versos y trovas
que anda combinando todas las cosas
que anda en las cabezas y anda en las bocas
que anda recorriendo los callejones
que esta pegando gritos en los salones
y es algo que compone de pieza en pieza
la naturaleza qué será, qué será
que no ha tenido arreglo y no lo tendrá
porque jamás es cierto y no lo será
porque no hay quien lo mida.

Oh qué será, qué será
que vive en las ideas de los amantes
que canta los poetas más delirantes
que jura los profetas embriagados
que está donde se aburren los mutilados
que está donde imaginan los infelices
que está en cada día de cada crisis
durmiendo entre el bandido y el desvalido,
en todos los sentidos, qué será qué será
que no tiene decencia y no la tendrá
no puede estar prohibido y no lo estará
pues no tiene sentido.

Oh qué será, qué será
que ni las precauciones lo pueden parar
porque todas las risas lo quieren reir
y todas las campanas lo van a anunciar
y el himno de los himnos lo consagrará
y todos los caminos lo conducirán
y todos los destinos allí se unirán
que casi ni Dios mismo lo puede evitar
y el cielo y el infierno lo bendecirán
que no ha tenido ley y jamás la tendrá
que no ha sentido miedo
ni lo sentirá, porque no tiene juicio.
Oh qué será, qué será.

Oh qué será, qué será

viernes, 11 de diciembre de 2009

El orejano

Yo sé qu'en el pago me tienen idea
porque a los que mandan no les cabresteo;
porque dispreciando las güeyas ajenas
sé abrirme caminos pa dir ande quiero.

Porque no me han visto lamber la coyunda
ni andar hocicando p'hacerme de un peso,
y saben de sobra que soy duro'e boca
y no me asujeta ni un freno mulero.

Porque cuando tengo que cantar verdades,
las canto derecho nomás, a lo macho,
aunq'esas verdades amuestren bicheras
ande naide creiba que hubiera gusanos.

Porque al copetudo de riñón cubierto
-pa quien n'usa leyes ningún comisario-
lo trato lo mesmo que al que sólo tiene
chiripá de bolsa pa taparse'l rabo.

Porque no m'enyenan con cuatro mentirasl
os maracanases que vienen del pueblo
a elogiar divisas ya desmerecidas
y'hacernos promesas que nunca cumplieron.

Porque cuando truje mi china pal rancho
me olvidé que hay jueces p'hacer casamientos,
y que nada vale la mujer más güena
si su hombre por eya no ha pagao derecho.

Porque a mis gurises los he criao infieles
aunqu'el cura grite qu'irán al infierno,
y digo ande cuadre que pa nada sirven
los que sólo viven pirichando el cielo.

Porque aunque no tengo ni en qué cáirme muerto
soy más rico qu'esos que agrandan sus campos
pagando en sancochos de tumba reseca
al pobre pión, qu'echa los bofes cinchando.

¡Por eso en el pago me tienen idea!
¡Porqu'entre los ceibos estorba un quebracho!
¡Porque a tuitos eyos les han puesto marca
y tienen envidia de verme orejano!

¿Y a mí qué m'importa? ¡Soy chúcaro y libre!
¡No sigo a caudiyos ni en leyes me atraco!
¡Y voy por los rumbos clariados de mi antojo
y a naides preciso pa ser mi baquiano!

Serafín J. García.